Es probable que te hayan recomendado comer ciruelas o beber zumo de ciruela cuando estés “taponado”. Las ciruelas tienen una reputación de aliviar el estreñimiento, y ésto es una gran razón para comerlas.

Pero esto también las ha dado una imagen bastante poco atractivo, y ha hecho que muchos de nosotros las evitemos. Vamos a mirarlas más de cerca y ver qué beneficios nos pueden aportar.

¿Las ciruelas son buenas para el tránsito digestivo?

Parece que sí. Tienen mucha fibra, alrededor de 7 g por cada 100 g. Esta fibra no sólo da más volumen a las heces, sino que también alimenta a las bacterias beneficiosas en el intestino que pueden producir sustancias que mejoran la salud de la mucosa intestinal.

Las ciruelas también contienen azúcar natural sorbitol que no se absorbe bien pero que en realidad lleva agua hacia el intestino, reblandeciendo las heces. Y también es posible que los polifenoles (sustancias naturales de origen vegetal) en las ciruelas tengan un papel aquí.

Para probar su acción beneficiosa, un ensayo clínico se llevó a cabo en 40 personas con estreñimiento. Los participantes tomaron ciruelas o el equivalente de su fibra en forma de cáscara de psyllium. Los investigadores encontraron que las ciruelas funcionan mejor. Un 70% de los que tomaron las ciruelas informaron mejoría en los síntomas, frente al 55% de los que recibieron psyllium.

Otras razones para comer ciruelas

Las ciruelas son también una fuente de vitaminas y minerales, incluyendo la vitamina A (beta caroteno), vitaminas B3 y B6, potasio, hierro y magnesio. También contienen un tipo de fenol llamado ácido clorogénico, el cual se cree que actúa como un antioxidante.